lunes, 16 de abril de 2012

EU2012 - Día 17 Wurzburg Rothenburg - 29/03

by G

Hoy iniciamos el viaje rutero con los chicos. Para eso teníamos que pasar a buscar nuestro medio de transporte. Ale había reservado el coche mas barato del listado, pero al llegar al local de alquiler encontramos con una grata sorpresa.
Como no tenían nuestro coche, nos terminaron dando un Ford C MAX (ver foto 1). No existe en ARG. Es un bote ENORME con capacidad para 7 personas que vienen con todo los chiches...
Y cuando digo todos los chiches, son TODOS los chiches… comando por voz, espejos que se cierran cuando apagas el auto, gps incorporado, miles de botones en el volante y hasta se apaga el motor cuando el auto esta en punto muerto. SI, SE APAGA (RPM = 0 )… tardamos un poco en darnos cuenta de que lo hacía a propósito.
Obviamente que cuando pasamos a buscar a las chicas tardamos un rato en reconocerles que “ese” era nuestro auto. Luego de escuchar durante un rato “…eso les dieron?...”, “…no era 4 puertas?...” confesamos.
Motores encendidos, autopistas sin límite por delante.
Nuestra primer parada fue en Wurzburg. Luego de pasar por el “toileten” (ver foto 2), conocimos  la Residenz (residencia de príncipes Obispos del 1300 – ver foto 3). Deambulamos por la ciudad, juntamos energías y subimos el interminable camino hasta el “Marienberg Fortress” (una fortaleza  del 1200 - ver foto 4), desde la cual se puede tener una muy linda vista de la ciudad (ver foto 5).
No muy impactados con esta ciudad, iniciamos el rumbo hacia Rothenburg ob der Tauber.
Manejar en Alemania es extraño. Todo el mundo respeta la máximas (incluso cuando son de 20Km/h)  y las prioridades a rajatabla, hay carteles por todos lados, muchas señalizaciones en el asfalto y cuando no hay límite andan fuerte.
Ahh, a este punto, otra cosa aprendimos del auto es que los asientos se calientan… y en el máximo te hacen traspirar seriamente. Nos costó darnos cuenta de eso… sudamos.. pero valió la pena el aprendizaje (apagamos el botón).
Al llegar a RTB nos encontramos con un pequeño pueblo quedado en el tiempo. Particularmente deshabitado y por momentos fantasmagórico. No era muy tarde (llegamos a eso de las 20), pero ya no había nadie en la calle. Es por este motivo que antes de salir a perdernos en la ciudad, con L tuvimos que prepararnos para la ocasión (ver  foto 6). Pero no somos los gemelos fantásticos, somos L y G vestidos con nuestra ropa térmica!
La ciudad es realmente muy linda y su pequeño tamaño nos permitió recorrerla rápidamente (ver foto 7).

Como no podía ser de otra manera terminamos escapándole al frio y cenando comida típica del lugar en un restaurant-hotel que solo estaba abierto para nosotros (ver foto 8).















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