by G
Finalmente llego el día... Cuando menos lo esperábamos teníamos un pie ene el avión. Se inicia la aventura y a esta altura no tenemos idea con qué nos vamos a enfrentar.
Esta vez no estamos solos. A las travesías de L y G se suman N y V. Sus identidades las vamos a mantener en el anonimato por el momento... (ver foto 1)
El avión de delta estuvo casi perfecto. Nuevo... Muy moderno... Creo q hasta ahora de lo mejor q conocemos. La única contra... Le pijotean un poco al reclinado de los asientos...
Atlanta nos sorprendió un poco. Si bien estuvimos escasos minutos, fueron suficientes como para hacer la conexión, fue buena la experiencia. Todos parecían muy bien predispuestos. Los agentes de seguridad nos guiaban cantando y el oficial del control de pasaporte se tomo su tiempo para recomendarnos una par de cosas de NY.
Llegamos a las 10 de la mañana. Al llegar el plan era claro y sencillo. Ir a Hertz, agarrar un auto, poner el GPS, dirigirnos a Woodbury (que es un outlet ubicado a 80km de donde estábamos) comprar durante 4 o 5 hs, volver a NY, dejar el auto, ir al hotel. Que podría salir mal?
Bueno… casi todas las cosas que nos podían pasar nos pasaron.
La llave del auto trabada (la llave del auto –automatico- no sale si no esta en P), el GPS tenia los mapas mal cargados y tuvimos que ir adivinando el camino, el baúl cerro… y ya no abrió… nos perdimos… nos encontramos.. y nos volvimos a perder… y nos volvimos a perder… y dimos vueltas y mas vueltas por las fabulosas autopistas … por las miles de autopistas que tienen estos pibes…
Y ahí estábamos nosotros cuatro con nuestras mochilitas… en medio de la nada… con el auto… un gps que parecía que tenia mapas de Australia y sin un mapa físico del lugar…
Por suerte y a nuestra sorpresa, la gente se nos presenta sumamente predispuesta a ayudar y guiarnos.
Preguntando un poco por acá y otro por allá llegamos al Woodbury… finalmente. Woodbury es como una ciudad con tiendas al aire libre… Ahí los niños estuvimos contentos y recuperamos en creces los costos de la gran odisea (ver fotos 2y3).
Bueno vamos… volvamos… ya esta anocheciendo. Cargamos las mochilas, subimos las bolsas y… no no no… momento… el auto no arranca. Es de noche… ya no queda casi nadie, hace frio y estamos casi solos… La batería muerta. Y ahora?
…
La suerte no estaba con nosotros pero aun no nos había abandonado. Por suete V y L encontraron un valet parking que con su auto y unos cables para hacer puente hizo revivir nuestro Toyota y recuperar el color.
La vuelta también fue perdedora… pero bueno… parece que todas las autopistas conducen a algún punto de la isla. Finalmente pudimos adentrarnos en la ciudad. Entramos por mitad y nos topamos con el caos de su transito. Creo que hay mas taxis amarillos que personas en esta ciudad.
Antes de dejar el auto, para variar, tuvimos que perdernos, encontrarnos, perdernos y perdernos… dar vueltas, cargar nafta y dejar el auto. Ya a las 12 de la noche, luego de dejar el auto nos escapamos del frio entrando al subte donde nos topamos con un coya perdido. Nuestro hotel en el chinatown parecía bastante mejor de lo que esperábamos.
Agotados… pedimos una pizza (foto 4) y a las 2 de la mañana caímos desmayados. Mañana teníamos otro largo día por delante.
;)
Finalmente llego el día... Cuando menos lo esperábamos teníamos un pie ene el avión. Se inicia la aventura y a esta altura no tenemos idea con qué nos vamos a enfrentar.
Esta vez no estamos solos. A las travesías de L y G se suman N y V. Sus identidades las vamos a mantener en el anonimato por el momento... (ver foto 1)
El avión de delta estuvo casi perfecto. Nuevo... Muy moderno... Creo q hasta ahora de lo mejor q conocemos. La única contra... Le pijotean un poco al reclinado de los asientos...
Atlanta nos sorprendió un poco. Si bien estuvimos escasos minutos, fueron suficientes como para hacer la conexión, fue buena la experiencia. Todos parecían muy bien predispuestos. Los agentes de seguridad nos guiaban cantando y el oficial del control de pasaporte se tomo su tiempo para recomendarnos una par de cosas de NY.
Llegamos a las 10 de la mañana. Al llegar el plan era claro y sencillo. Ir a Hertz, agarrar un auto, poner el GPS, dirigirnos a Woodbury (que es un outlet ubicado a 80km de donde estábamos) comprar durante 4 o 5 hs, volver a NY, dejar el auto, ir al hotel. Que podría salir mal?
Bueno… casi todas las cosas que nos podían pasar nos pasaron.
La llave del auto trabada (la llave del auto –automatico- no sale si no esta en P), el GPS tenia los mapas mal cargados y tuvimos que ir adivinando el camino, el baúl cerro… y ya no abrió… nos perdimos… nos encontramos.. y nos volvimos a perder… y nos volvimos a perder… y dimos vueltas y mas vueltas por las fabulosas autopistas … por las miles de autopistas que tienen estos pibes…
Y ahí estábamos nosotros cuatro con nuestras mochilitas… en medio de la nada… con el auto… un gps que parecía que tenia mapas de Australia y sin un mapa físico del lugar…
Por suerte y a nuestra sorpresa, la gente se nos presenta sumamente predispuesta a ayudar y guiarnos.
Preguntando un poco por acá y otro por allá llegamos al Woodbury… finalmente. Woodbury es como una ciudad con tiendas al aire libre… Ahí los niños estuvimos contentos y recuperamos en creces los costos de la gran odisea (ver fotos 2y3).
Bueno vamos… volvamos… ya esta anocheciendo. Cargamos las mochilas, subimos las bolsas y… no no no… momento… el auto no arranca. Es de noche… ya no queda casi nadie, hace frio y estamos casi solos… La batería muerta. Y ahora?
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La suerte no estaba con nosotros pero aun no nos había abandonado. Por suete V y L encontraron un valet parking que con su auto y unos cables para hacer puente hizo revivir nuestro Toyota y recuperar el color.
La vuelta también fue perdedora… pero bueno… parece que todas las autopistas conducen a algún punto de la isla. Finalmente pudimos adentrarnos en la ciudad. Entramos por mitad y nos topamos con el caos de su transito. Creo que hay mas taxis amarillos que personas en esta ciudad.
Antes de dejar el auto, para variar, tuvimos que perdernos, encontrarnos, perdernos y perdernos… dar vueltas, cargar nafta y dejar el auto. Ya a las 12 de la noche, luego de dejar el auto nos escapamos del frio entrando al subte donde nos topamos con un coya perdido. Nuestro hotel en el chinatown parecía bastante mejor de lo que esperábamos.
Agotados… pedimos una pizza (foto 4) y a las 2 de la mañana caímos desmayados. Mañana teníamos otro largo día por delante.
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