by G
Día del eterno viaje. Temprano dejamos la ciudad de NY con destino final BGK. El primer aéreo hizo NY -> Narita (Tokio). Flor de bicho de 2 pisos nos estaba esperando en el aeropuerto (ver foto 1). Fue nuestra primera vez en un animal tan grande. Al despegar y hasta que se estabilizó se sacudió un poco. Y… hay q levantar tantas toneladas. El viaje de 13 horas fue bastante bueno. Nos alimentaron casi por demás…
Me llamo la atención que el avión casi ni tocó agua, sino que su recorrido fue mas bien cerca del polo… Las horas pasaban y aun era de día. Menudo jet lag.
Luego tuvimos una escala en Tokio, donde todos son bajitos y con ojos graciosos. Por mementos parecía que en Tokio había una gravedad especial que no les permitía ser altos y le tiraba los parpados de los ojos para abajo…
El aeropuerto es bastante cómodo para hacer escala. Wifi libre… amplios sillones… Tuvimos la oportunidad de tomar un sake y de descansar un poco (ver foto 2).
Nota destacada para los inodoros del aeropuerto de Narita. Mas que inodoros son tronos full preparados para todas las necesidades. La tabla la mantienen calentita para mayor confort y como si fuera poco, vienen con una consola de manejo para regular el show de sensaciones a la necesidad de cada persona y ocasión. Manejan otro alfabeto, pero los carteles son bastante intuitivos y le permiten a uno tener una idea de qué se puede hacer con esa consola (ver foto 3 y 4).
Luego de la escala, el próximo avión nos trajo a BGK. Luego de 7 hs de vuelo adicionales, ahora si de noche, aterrizamos finalmente en BGK. Luego de pelearnos un rato con los del taxi oficial, llegamos a nuestro hotel. Eran las 2 de la matina, pero no podíamos irnos a dormir sin antes dar una vuelta (ver foto 4). Olores, colores, cables, gritos… No es fácil describir esta ciudad tan particular. Nuestro hotel esta sobre una calle con bastante movida noctura que se llama Rambutti. Por suerte la habitación esta bastante alejada, por lo que no se escucha nada.
Sobre Kao San Road, comimos en uno de los puestitos de la calle.. fue una primera muy buena experiencia (ver foto 6 y 7). Para completar la noche, tomamos una cervezas en un bolichon cerca del hotel y con la panza llena y el corazón contento nos fuimos a dormir.
Día del eterno viaje. Temprano dejamos la ciudad de NY con destino final BGK. El primer aéreo hizo NY -> Narita (Tokio). Flor de bicho de 2 pisos nos estaba esperando en el aeropuerto (ver foto 1). Fue nuestra primera vez en un animal tan grande. Al despegar y hasta que se estabilizó se sacudió un poco. Y… hay q levantar tantas toneladas. El viaje de 13 horas fue bastante bueno. Nos alimentaron casi por demás…
Me llamo la atención que el avión casi ni tocó agua, sino que su recorrido fue mas bien cerca del polo… Las horas pasaban y aun era de día. Menudo jet lag.
Luego tuvimos una escala en Tokio, donde todos son bajitos y con ojos graciosos. Por mementos parecía que en Tokio había una gravedad especial que no les permitía ser altos y le tiraba los parpados de los ojos para abajo…
El aeropuerto es bastante cómodo para hacer escala. Wifi libre… amplios sillones… Tuvimos la oportunidad de tomar un sake y de descansar un poco (ver foto 2).
Nota destacada para los inodoros del aeropuerto de Narita. Mas que inodoros son tronos full preparados para todas las necesidades. La tabla la mantienen calentita para mayor confort y como si fuera poco, vienen con una consola de manejo para regular el show de sensaciones a la necesidad de cada persona y ocasión. Manejan otro alfabeto, pero los carteles son bastante intuitivos y le permiten a uno tener una idea de qué se puede hacer con esa consola (ver foto 3 y 4).
Luego de la escala, el próximo avión nos trajo a BGK. Luego de 7 hs de vuelo adicionales, ahora si de noche, aterrizamos finalmente en BGK. Luego de pelearnos un rato con los del taxi oficial, llegamos a nuestro hotel. Eran las 2 de la matina, pero no podíamos irnos a dormir sin antes dar una vuelta (ver foto 4). Olores, colores, cables, gritos… No es fácil describir esta ciudad tan particular. Nuestro hotel esta sobre una calle con bastante movida noctura que se llama Rambutti. Por suerte la habitación esta bastante alejada, por lo que no se escucha nada.
Sobre Kao San Road, comimos en uno de los puestitos de la calle.. fue una primera muy buena experiencia (ver foto 6 y 7). Para completar la noche, tomamos una cervezas en un bolichon cerca del hotel y con la panza llena y el corazón contento nos fuimos a dormir.
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