by G
Cuando uno se encuentra en el culo del mundo, la vuelta es larga. Y así sería la nuestra que inicia hoy. 4 aviones y visitas fugaces a 3 ciudades nos separan de casa.
A las 3:15 sonó el despertador. Nuestro aéreo salía de Dubrovnik hacia Zagreb a las 6:15. El counter no abrió hasta las 5:15, así que estuvimos 2 horas antes al divino botón.
El viaje duró apenas 45 min, pero sirvió para que C y B recarguen un poco.
Zagreb nos recibió con 13 grados. Agradecimos haber dejado a mano el abrigo.
Desde el aeropuerto a la ciudad fuimos en el bus local N290. Mucho más barato que el shuttle, que un Uber o un taxi.
De hecho infinitamente más barato, ya que al subir y mostrarle una tarjeta de crédito o un billete de 20 euros, el croata me miró con el seño fruncido. Luego algo me dijo que claramente no entendí. Después, resignado me hizo manito como para que pasemos. Sospecho que me consideró inimputable.
Llegar a Zagreb es ver cómo caen los precios.
Los 2.5e que salía el bus allá, acá sale 0.53.
Un burek paso de ser 4e a 1...
No tardamos en darnos cuenta que si bien Zagreb no tiene gran atractivo turística para ofrecer, vale la pane pasar aunque sea un día para conocer una Croacia que aún tiene vestigios de la kuna.
En Dubrovnik viven del turismo, esto es un hecho; sin embargo, se ve que les rompe un poco las pelotas que estés ahi a los que viven en la ciudad y por eso te tratan medio como el culo. Por un lado los entiendo. Imagínense que la ciudad donde vivís se llene de gente que está de paso. No tienen donde estacionar, van explotados en los buses y si quieren pegarse una ducha, seguro hay algún turista pasando por la muralla y fisgonenado para adentro.
Y convengamos que no debe haber nada más rompe pelotas que tener delante tuyo un turista caminando con el celular en la mano intentando adivinar para dónde ir. Justo cuando debes estar llegando tarde a una cita.
Acá el trato de la gente fue mucho más agradable. Desde la chica que nos explicó como sacar los tickets para el tranvía cuando nos vio perdidos tratando de entender el sistema de transporte de la ciudad, hasta una pasajera que nos explicó luego como validar los tickets y nos aviso que los nenes no pagan.
Para las 11 dejamos las mochilas en nuestro hospedaje y salimos a recorrer.
Fuimos a comer al Paulin de Zagreb, Burek Dolca. Un lugar donde sólo hacían 3 cosas, burek de carne, de queso ó de manzana. De la misma manera que lo hacen en el clásico café Paulin de la calle Sarmiento, revoleaban los platos y los sacaban como si fuera una linea industrial.
Gastamos 7.6e en 3 platos (probamos los 3 por supuesto) y un yogurt (practicamente toda la carta del lugar)
Paradójicamente la dueña te trata mal. Pero por la calidad de la comida y el precio, igual se llena de gente.
Tengo la teoría que no sube los precios para poder seguir tratando mal a la gente. Es eso, o la dueña nació en Dubrovnik.
Intentamos conseguir la camiseta de Croacia. Pueden creer que está agotada? Ni que hubieran salido campeones de algo. Para mí, me vieron cara de argentino y por eso no me la querían vender. Ni en el museo de fútbol de Croacia que te muestran todas las camisetas y sus casi campeonatos logrados tienen una tienda que te venda la remera...
Nos quedó la impresión que Zagreb es una ciudad llena de vida. Mucha gente. Centros comerciales, cafés y restaurantes llenos de gente. Eso si, no deja de ser una ciudad con restos comunistas, por momentos gris y desvencijada, y con un estado de limpieza bastante mejorable al igual de Dubrovnik.
Subimos luego al funicular más corto del mundo. Construido en 1890, en 1 minuto te sube hasta el upper town donde podes encontrar entre otras cosas la iglesia de
St. Mark con su techo característico.
Para eso de las 16, pasamos por el hospedaje, nos bañamos y terminamos comiendo en
Pivnica Mali Medo. Tomamos una Grička vjestica ( lager oscura de 7.5%), y una Crna Kraljica ( warzbier ).
De comer, una pizza con jamon y hongos para los nenes y unas salchichas kranj rellenas con queso y una salsa a baste de miostaza de dijon bastante agria para nosotros.
A las 20 nos fuimos a dormir, que nos espera otro avion a mitad de la noche.