11/09/2024

EU2024 - Día 12 - Belfast y Portush - 11/09/2024

by G

9:20 estábamos entrando al museo del Titanic.
La expectativa de B estaba por las nubes. La nuestra no tanto por lo que habíamos leído. Con 78 euros menos en nuestras billeteras entramos. Si me preguntsa a mi, 78 euros compran muchas Guiness....

El inicio fue medio caótico. Primero se pelearon por el audio guia. Se las sacamos. Después C se la paso llorando que quería comer. Fue cuando llegamos al paseo "shipyard ride" cuando los nenes de olvidaron de todo y se calmaron. Un paseo en una especie de carrito que te ofrece una inmersión en la experiencia de la construcción de Titanic. 
También podes encontrar pequeñas reproducciones del interior, y animaciones similares, aca.

El circuito termina con el hundimiento, el proceso de localización del barco y algunas pocas cosas recuperadas.

Tardaron 3 años en la construcción completa y 15.000 personas. Se hundió en 40 minutos y se llevó 1500 personas (sólo 710 sobrevivieron)! La mayoria de los sobrevivientes fueron niños, mujeres, en proporción más de primera clase, y muy pocos de la tripulación. El barco más cercano nunca respondió porque el capitan envió a todos a dormir. Desde alli, los barcos deben mantener comunicafcion abierta las 24 hs.

Nos llevó un poco mas de 2 horas, por lo que para las 11:30 estábamos saliendo.







El increíble clima de estas islas constantemente alterna entre tres opciones. Llueve, hay sol, ó lluvia con sol. El cambio entre estos 3 estados es constante y te puede pasar que en 5 minutos pasas por los 3.

La próxima parada fue el castillo de Carrickfergus, justo en las afueras de Belfast. Sobre la costa, una fortaleza medieval construida en 1177 que hoy se mantiene en pie casi el 90% de la estructura original.







Luego de una pasadita rápida por The Dark Hedges, una especie de túnel natural formado por árboles allá plantados en  siglo XVIII, fuimos corriendo hacia The Giant Causeway. Este fue uno de los motivos que nos trajo a Irlanda del Norte y no nos lo queríamos perder.
Llegamos y hacia frío. Tanto frío y viento que optamos por ponernos todo lo que encontramos en las mochilas. 2 pantalones, 2 remeras, buzos, campera y piloto de agua. C no podía caminar del peso que tenía y así y todo seguía diciendo que tenía frío. 
Y ahí estábamos, luchando contra el viento para poder avanzar cuando delante nuestro aparece un flaco en remera de manga corta. Estos tipos claramente son reptilianos.
 
C no entendia qué estaba pasando. Repetia una y otra vez "papá, tengo frío" "papá, vinimos hasta acá para ver piedras?"

Llegar y ver esas piedras exagonles es una locura. Unas apenas 40.000 columnas de basalto hexagonales geométricamente perfectas sólo pueden haber sido creadas por alienígenas. Y quien diga lo contrario, espero que venga con pruebas cientificas.






Para terminar la noche en Portrush intentamos ingresar a un irish pub. Otra vez, buscamos uno de buena puntuación. Abrimos la puerta y al instante los 10 borrachos de la barra se dieron vuelta y nos miraron como si estuvieran presenciando una escena de La Guerra de los Clones. No sé si no podían creer nuestra cara de turista o por los 2 niños que acarreamos.
 
Me acerqué y el de la barra, con cara de circunstancia me dijo "solo niños hastas las 8 pm"... nos miramos con L, eran 7.30. Fue ahi justo cuando C empezó a los gritos de "tengo hambre". Se nota que el dulce olor a la cerveza fermentada de los pisos y mobiliarios de madera le abrió el apetito.

Derrotados, pero no abatidos, nos dirigimos a una segunda opción llamada The quays bar. Nuevamente (y no mentimos) entramos y nos recibieron con un "estamos completos". Otra vez rebotados, 

pero creo que la cara nuestra de deseperación generó que el espiritu amable del irlandes aflorara y a continuaciòn nos tiró un, dejenme ver qué hago. Nos mando a un salor exterior (para mi para no quedar visibles) mientras esperamos por la mesa. 20 min luego pudimos sentarnos a saborear la negra, espesa y sobre todo creomosa cerveza Guiness.

Cenamos unas pastas, un fillet de pollo y rabas, camarones y papas tipicas irlandesas. 

Los niños felices nos fuimos a descansar. C y B tambien se fueron a dormir.






10/09/2024

EU2024 - Día 11 - Belfast - 10/09/2024

by G

A las 6:30 estaba sonando el despertador.
Hoy estariamos separando nuestros caminos de M y J. El nuestro nos llevaría nuevamente a nuestra tan amada Irlanda. Los vamos a extrañar.

La ruta del día constaba de un avión a Dublín (República de Irlanda) y luego auto hasta Belfast (Irlanda del Norte).

Nuestro avión partió desde Bergen a Dublín a la 11 por lo que saliendo a las 7:30 estábamos con tiempo de sobra.
Lo único que no contemplamos fue que todo el sistema de despacho de valijas del aeropuerto había tirado blue screen.
Eso hizo que todo el aeropuerto se tenga que amuchar para despachar por fila única usando la cinta de equipaje especial. La estrategia de contingencia no era mala, pero llego un momento en que explotó la matrix. La cola dejó de avanzar y la pobre piba que estaba encargada de la cinta empenzo a desesperarse al punto de casi tener convulsiones. Luego se ve que desistieron y se limitaron a llamar a la gente según el horario del vuelo.

Así que ahí estábamos, con un desayuno rápido, con los nenes con sueño, tirados en el piso y esperando que griten el nombre de nuestro aéreo.

 

Todo fue un caos, pero por suerte llegamos bien al boarding.

Volver a Irlanda nos genera una gran ilusión. No sé si es por el verde paisaje, el buen trato de la gente, la música ó por la cerveza. Pensándolo un poco, creo que es justamente todo eso el orden correcto es de atrás para delante.

Dublin nos recibió con un auto con el volante del otro lado y con C diciendo que tenía hambre.
Sin mediar mucha explicación, nos subimos a la Duster gris que nos dieron y encaramos la autopista.
Lo mas incómodo de manejar del otro lado no es que te explota la cabeza en una rotonda. Tampoco es que la que te atiende en el peaje está del otro lado (ocurrentemenete del lado del conductor). Pasar los cambios con la mano boba no es cómodo, pero se puede aceptar. Por lejos, lo mas incómodo es no tener un lugar donde meter el pie izquierdo cuando no estás apretando el embregue. Eso y que C te grite que tiene hambre, claramente.

Para calmar la ira, paramos a mitad de camino a probar comida local... nada como una hamburguesa de Burger King. Sirvio al menos para descansar un poco de los gritos.

                                     

El recorrido por la ciudad de Belfast nos llevó por casitas inglesas y buses de doble piso, pero de color celeste ó rosa. Más banderas del Reino Unido que de Irlanda del Norte (blanca con una cruz roja) parece dar orgullo a esta version de irlandeses que no se rebelaron a la corona.

               

Lo que si vemos que tienen es la simpatía y hospitalidad de los irlandeses del sur. Desde el que te entrega el auto hasta uno que te ve en un parking cargado con las mochilas y los nenes gritando. Se empatiza y te ofrece ayuda con una sonrisa cómplice.

Recorriendo la ciudad, pasamos por el Big Fish, un enorme salmón con cerámicos pegados que muestran eventos de la historia de Belfast. Algo así como la estatua de la sirenita de Copenhague pero mucho más grande y sin gente.

                                   

Vimos la Torre del reloj (Albert Memorial), del 1860. Un monumento que reúne 2 referencias. Por un lado, es similar al Big Ben ingles pero pequeño, por otro, está inclinado como la Torre de Pisa.




Poco maravillados con la ciudad decidimos terminar el día como debe ser. En un bar irlandés, tomando una cerveza. Buscamos el mejor de la zona y fuimos. 
Llegamos. Había música y un bar repleto. En la puerta, el típico borracho con un vaso de Guines y la mirada en el horizonte. Era el lugar perfecto. Y la birra pintaba de lo mejor.


                                       

Pero eso es algo que seguramente alguno de los de los que estaba ahí podrá contarles, porque nosotros no pudimos entrar.
"No kids after sixt pm" nos dijo el señor de la entrada. Le propuse quedarnos en la vereda ó que se quede él con los chicos... pero me dijo que no.

Abatidos, terminamos en un super, nos compramos nuestras cervezas y de vuelta al hotel.

09/09/2024

EU2024 - Día 10 - Bergen - 09/09/2024

by L

Hoy dejamos atrás la zona de los fiordos. Fiordos que por primera vez en el viaje se cubrían por una espesa niebla. Una ruta lluviosa y 4hs de manejo nos dejó en la ciudad de Bergen.

El camino nos llevó a lo más alto de las montañas, donde no crecen los arboles y el suelo es amarillo. Donde se ve más cerca caer el agua de los glaciares y hasta donde por momentos estas por encima de las nubes. Cascadas aparecían por doquier, y hasta nieve un poco sucia se apreciaba al alcance de la mano. La sorpresa de este paisaje hizo que se convierta en la joya del viaje.

                                  

            

Luego el camino fue bajando y recuperamos el verde del paisaje, con árboles, helechos y pistas de skie dieron su paso nuevamente a los túneles y pueblos costeros de los futuros que nos habían dado un pequeño descanso.

Parada técnica para almorzar en la bella Voss, una gema :)

                                  

Bergen nos recibió con lluvia. Nuestro hospedaje en el casco histórico nos obligó a estacionar lejos y caminar por callecitas de ensueño. Con coloridas casas de madera, la mayoría un poco desvencijadas y llenas de flores, la ciudad nos daba la bienvenida.


Protegidos de la lluvia como pudimos, salimos a recorrer. La primera conclusión que podemos sacar es que es tan linda como cara. Si el resto de lo que vimos era caro, Bergen lo es más. Tan cara que por primera vez en el viaje cobran por use los baños públicos, que además dejan que desear en cuanto al estándar de limpieza. El frío y la lluvia nos permitió a visitar el puerto y la calle principal.

            


          

          

Hicimos una parada estratégica en un puesto callejero tipo pancho 46, sucursal Bergen porque parecía que los regalaban. Sin embargo, fue la salchicha más cara de mí vida. Todo para hacer felices a los peques.



Más tarde y después de buscar provisiones, volvimos al Airbnb a descansar que mañana nos espera una nueva aventura en tierras gaélicas.

07/09/2024

EU2024 - Día 9 - Sogndal - 08/09/2024

by G

Nuestro día arrancó nublado, pero sin lluvia.
 
Luego de una pasada por el fantasmagórico pueblo de Sogndalsfjøra, la ruta nos llevó por el camino de los glaciares. Un recorrido que alternaba picos con hielo, fiordos y tuneles nos hizo llegar hasta Bøyabreen.
De color azulado y con múltiples cascaditas de agua bajando por la montaña, es un perfecto lugar para sacar algunas fotos. La pureza del hielo hace que absorba los colores amarillos y rojos y disperse el azul. En resumen, un efecto óptico es lo que explica su color. También tenemos la explicación terraplanista que dice que en el centro del glaciar viven duendes que les encanta vestirse de azul.




Sea cual sea el motivo, hay una cosa que no genera debate. Al lado del glaciar, te cagas de frío. A medida que uno se va acercando al glaciar, tu cuerpo también comienza a experimentar un cambio de color. En mi caso, mi piel que con 20 grados reflejaba un tostado caribeño, se fue transformando en azul al llegar a los 10 grados para finalizar con un color violacio cuando se alcanzan los 5 graditos.

Para almorzar, buscamos un pueblo random. Así fue como terminamos en Mundal. Un pueblo de pescadores más, pero no por eso menos pintoresco.

Hemos leído mucho sobre cuales eran los mejores pueblos, cuales eran los mejores glaciares o los mejores fiordos. Mi recomendación sobre la materia es que si vas a dar vueltas por Noruega, no te vuelvas loco por llegar a un destino en particular. Todos los spots son equivalentemente alucinantes.

                             

Pasado el mediodía nos pintó el hambre, pero chocamos con la realidad. Hoy es domingo y por lo visto en este país cierra todo. No hay supermercado, no hay centro turístico, no hay farmacia. Claramente no es un país pensado para el turista improvisado que no sabe en qué día de la semana se encuentra. Habíamos leído sobre el horario temprano en el que cierran los locales, pero el hecho que los domingos este todo muerto nos agarro de sorpresa.

Sin mucha opción, sólo pudimos parar en una estación de servicio donde pudimos adquirir unos cafes con sabor a agua sucia.

Para las 16hs comenzó a lloviznar, por primera vez en nuestro viaje por lo que emprendimos la vuelta a la casa. En la ruta de vuelta, otra vez glaciares, otra vez fiordos y otra vez.. túneles. Los primeros 10 túneles me parecieron alucinantes. El túnel 15 dejó de asombrarme. Ya atravesando el túnel número 25 me esta comanzando a romper un poco las pelotas. Túneles oscuros, casi en tu totalidad rectos, sólo pueden hacer una cosa.. Invitarte a dormir. Obviamente que si uno se duerme, muere. Pero si no muere pasa algo peor. Uno sale del tunel sintiéndose la reencarnacion de Víctor Sueiro.

M terminó improvisando una cena con las sobras y terminamos la noche jugando al Pedro con un mazo de cartas que encontramos en la casa. 

Mañana viajamos a Bergen!