EU2024 - Día 7 - Noruega - 06/09/2024

by L

Arrancamos la mañana con un día espectacular. Ni una nube en el cielo, el fiordo una belleza, el agua calma, los nenes durmiendo.

                 

                   

Trancu, me voy a bañar y G corre, primerandome el baño. Le miro extrañada... me mira con ojos de perrito mojado y me dice "quería probar el dron...". Quienes me conocen sabrán lo que opine sobre traer el aparato. Aparato prestado AJENO que no por pesado no dejaba de ser un armatoste. PRESTADO, repito.

Lo deje ser, pese a que habíamos quedado en que nos tocaba preparar el desayuno A NOSOTROS porque M y J siempre se nos adelantaron con el tema comida. Mi baño feliz de cuánto? 5 min? Pronto se vio opacado por un " perdieron el dron". "Perdieron" termino amplio, no? que podía ser??? Que bajó en la ladera de la montaña?, que aterrizó y no entienden donde está? Nooooooo, aterrizó en el medio del fiordo, en el agua! el aparato PRESTADO (se acuerdan?) estaba PERDIDO. Imposible de recuperar. KAPUT, GONE, cómo quieran decirlo.

                                    

Claramente el horno no estaba para bollos, pero si se acuerdan, llevo a favor los aparatos perdidos de B en el avion, ahora el dron... tengo matrimillas y unos doloracos a mi favor con lo que tengo habilitado por derecho un viajecito al caribe sola.

Habiendo incluso planificado nadar hasta el medio del fiordo, por suerte G lo dió por perdido. Yo me había imaginado mil escenarios que no voy a escribir pero implicaba traslado sanitario.

Finalmente dejamos la morada del imaginado asesino serial y salimos en dirección a Skjetvsfossen. Una bella cascada de camino a nuestro próximo destino que no solo sorprendió por los maravillosos arcoiris dobles que enmarcaban el cuadro sino porque los baños no tienen nada que enviarle a los de un hotel de diseño. El piso semi transparente te deja ver el agua correr de la cascada mientras haces tus cosas. Quien iría a decir que los baños públicos son una maravilla que merece la pena visitar en los fiordos noruegos?

Mientras, G seguía enculado, cosa que le duraría prácticamente todo el día.

Nuestro próximo destino fue un mirador cuyo camino nos costó descifrar, pero valió la pena. Tras dos acercamientos a la zona y no pudiendo dilucidar dónde ir, varias vueltas al parking y dos intentos de subida dudosa por la falta de señalización y unos pocos carteles en noruegos, llegamos y valió la pena. Les dejamos unas fotos de Hedleberget.

                       

Continuamos ruta hacia nuestro ultimo destino del dia, el fiordo más estrecho del mundo, Nærøyfjord. La realidad que las rutas son muy buenas y los autos que cruzas son todos de carísimas marcas tipo BMW, Tesla. Nunca esperamos que en ruta nos pasaran, no uno o dos Porsches, sino más de 30, uno atrás del otro. Al parecer los regalan y nos perdimos la repartida de los números. La aventura de ser rodeados constantemente por estos fantásticos vehículos contrastaba con lo estresante de la ruta, curva y contra curva pero lo peor, ni más de 50km por hora...

Habiendo dejado nuestras mochilas en la cabaña del camping, nos acercamos al fiordo recorriendo una ruta estrecha y bastante precaria por momentos. Tras un túnel de casi 2 km, en una oscuridad poco común y mucha niebla que le daba un toque fantasmagórico, llegamos a Bakka. Bakka no es más que un caserío con un camping que además de unas vistas espectaculares tiene un sauna en medio de la nada. Nos cruzamos con una familia que lo alternaba con una metidita rápida al agua congelada. La valiente C fue la única que se animó a una mojada de pies.

Volviendo al camping, los peques disfrutaron de los juegos y un poco de verde. A dormir que mañana nos espera otro día largo!