A las 6:30 salimos del aeropuerto y el camino del Uber nos mostró una ciudad desolada. Luego de tirar las mochilas en el hotel ubicado en el barrio chino, con el cerebro apagado salimos a recorrer.
Nos perdimos por el old Montreal. Una especie de distrito histórico con arquitectura colonial del siglo XVII-XIX, calles empedradas y edificios de piedra que preservan el encanto de la Nueva Francia.
Al caminar por las calles nos encotramos con una ciudad casi tan dormida como nosotros. Después de todo no era otra cosa que las 7 de la mañana de un Domingo.
En Montreal, en Singapur y hasta en Angola, la gente a esa hora duerme. Creo que sólo los monjes tibetanos se levantan tan temprano. Desde el primer momento nos sorprendió la cantidad de homeless deambulando por la ciudad. Para nada mal vestidos, deschavados más que nada por la locura con las que se los ve caminar por las calles. A los largo del día los fuimos encontrando en carpas, plazas, bancos y hasta bañandose en las funtes publicas. A algunos solo les faltaba aplaudir de costado.
Pasamos por la catedral de Notre Dame, el puerto viejo, el puerto nuevo y luego caminamos por la Rue St Catherine y terminamos en la Place Des Arts.
Llegado el medio nos arrastramos al hotel donde finalmente pudimos hacer el check-in y tirarnos por una siesta reparadora.
Después de cargar energías salimos a la cancha nuevamente. Esta vez, para ver la ciudad por la tarde, donde esperábamos más gente. Y asi fue. Una ciudad completamente viva, llena de turistas y locales domingueros que salian a correr. A diferencia de la mañana, la peatonal de Rue Saint-Paul ahora se mostraba viva.
            
 
En el puerto nuevo, nos topamos con un festival llamado Jackalope Montreal. Centros de Parcour, competencias de Skate, Palestra y puestos de comida. Todo el ambiente avivado por la música arengadora de alguien que parecia Michael Buffer cada vez que decia "Ready to rumble!!!!"
Los peques se coparon y se subieron a cuanta atracción habia disponible.
Cayendo el sol comimos un Poutine Poulet... un plato compuesto por papas fritas, pollo, queso fundido y una salsa gravy (jugo de carne y vegetales). Rico, pero no me voló la cabeza.
                                        
Habiendo caminado 20.000 pasos decidimos regresar al hotel donde nos encontramos con una gran sorpresa. En frente de nuestra habitacion teníamos un sauna, una pilleta y un jacuzzi. Nada como esa combianción para aflojar los músculos de la caminata.
Para cerrar el día, desde Florecio Varella, llegaba la gran noticia de la remontada calamar.
En el puerto nuevo, nos topamos con un festival llamado Jackalope Montreal. Centros de Parcour, competencias de Skate, Palestra y puestos de comida. Todo el ambiente avivado por la música arengadora de alguien que parecia Michael Buffer cada vez que decia "Ready to rumble!!!!"
Los peques se coparon y se subieron a cuanta atracción habia disponible.
Cayendo el sol comimos un Poutine Poulet... un plato compuesto por papas fritas, pollo, queso fundido y una salsa gravy (jugo de carne y vegetales). Rico, pero no me voló la cabeza.
Habiendo caminado 20.000 pasos decidimos regresar al hotel donde nos encontramos con una gran sorpresa. En frente de nuestra habitacion teníamos un sauna, una pilleta y un jacuzzi. Nada como esa combianción para aflojar los músculos de la caminata.
Para cerrar el día, desde Florecio Varella, llegaba la gran noticia de la remontada calamar.
El día no pudo terminar mejor!
No muy tarde, nos fuimos a dormir que al día siguiente nos esperaría la ciudad de Quebec.
No muy tarde, nos fuimos a dormir que al día siguiente nos esperaría la ciudad de Quebec.











 
     


 
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