19/09/2025

IS2025 - Día 6 - Montreal - 18/09/2025

by G

Todo está saliendo bien por ahora. Y eso para uds es aburrido. Yo los conozco. Ustedes se divierten cuando unos cuervos nos rayan el auto, cuando el drone elije suicidarse en el fondo de un fiordo o cuando llegamos un día antes al aeropuerto de Roma. Por suerte para mi y mala suerte para uds, todo por ahora viene saliendo bien.

Hoy es el día que estamos dejando Canadá. Con lo más importante ya hecho, arrancamos el día tranquilos. Por la mañana aprovechamos el jacuzzi y la pileta del hotel y pusimos pie en la calle recién para las 13 con destino el Mont Royale.

Desde el súper hasta la parada del metro atravesando la ciudad subterránea. Unos 32km de túneles que conectan más de 60 edificios y 10 estaciones de metro, convirtiéndose en la red subterránea más grande del mundo. Claramente está gente cuando cae nieve se mimetiza con los castores. Yo solo me pregunto si cuando asoman la cabeza también reciben un martillazo. Abajo, te podes encontrar de todo. Tiendas de ropa, comida, servicio y entretenimiento. Todo lo que tu bolsillo pueda comprar está ahi. Algo así como en el demoledor, pero sin que te ofrezcan carne de rata.

                  

Los 25 grados canadienses nos acompañaron en la jornada. YO creo que mis bermudas siguen aguantando.

No hay nada como contestarle en español a un francés parlante después de que te haya dicho quién sabe qué durante 30 segundos. Es el momento que devolves la incomodidad que te produjo no entender nada de lo que te dijo a él. La llamo la técnica del boomerang de la incomodidad.
Y es que al instante que tu respuesta llega a sus oídos su cara se comienza a transformar. La mutación arranca por los ojos que se les agrandan como dos huevos. Luego continúa por la nariz que se le respinga aún más. El proceso termina con el estiramiento de orejas para los costados cual Dumbo. 

Cuando ocurre eso, sabes que no te entendió ni medio lo que le dijiste. Y esto nos pasó varias veces. Primero en el súper en la línea de cajas cuando tras pagar el cajero tuvo que recurrir a un compañero angloparlante para decirnos que nos estaba ofreciendo frutas gratis para los niños. La segunda oportunidad fue tratando de comprar los tickets de bus en la estación de metro. En esa ocación ni el compañero lo pudo salvar, ya que ninguno de los 2 hablaba una palabra de inglés. Ahí fue cuando L tuvo que recurrir a sus viejas clases de francés para intentar explicar que no queríamos ir al metro. Nuestra intención era comprar los tickets de bus. Necesitábamos combinar 2 autobuses para llegar al Mount Royale y queríamos saber si los chicos pagaban. Transmitir ese mensaje con la dificultad inherente de querer hablar con alguien del otro lado de un cristal y con el ruido del metro pasando, fue todo un desafío. Por suerte, de una u otra manera creemos que la comunicación se produjo y nos hicimos de los tickets.

El mount Royale es el pulmón verde de Montreal. Un parque, por momentos bosque, llenos de senderos, caminos y una diversidad de flora y fauna. Nosotros nos cruzamos con un pájaro carpintero y una infinidad de ardillas de todos los tamaños y colores. Si no disfrutas del senderismo, la vista desde Kondiaronk Belvedere vale la pena.





A las 17 dejamos el parque y nos adentramos en la ciudad en pleno rush hour. Oficinistas saliendo de encarcelamiento, jóvenes dejando la facultad como si se hubieran ganado pase libre al bar de la esquina, y runners saliendo a entrenarse como si fuera el día previo a la carrera. Con 25 grados aca todos se mueven contentos.

Cerrando nuestra visita a Canadá, la sensación que nos quedó fue la de haber estado en lo que serían ciudades europeas, pero con los espacios de América. La referencia a Francia acá no es solo idiomática. Desde la apariencia física, la cultura, su devoción por el arte y la arquitectura. Ahora que lo pienso, tal vez fue la generación que no se adaptó la que terminó hablando sola.

A las 20 partimos al aeropuerto. Hoy si, finalmente dejamos atrás a los abusadores de la "u" y tomadores de sopa de las 18hs.

Chau Canadá, hola Islandia!

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