IS2025 - Día 10 - Islandia - 22/09/2025

by G

Nublado, pero sin viento, el mejor día hasta ahora!

Dejamos nuestra cabaña y con mejor condiciones climáticas aprovechamos a detenernos al costado de la ruta para ver de cerca esos cerebros verdes esponjosos. Si bien desde afuera se ven como piedras con algas, la realidad es que son super blandas. Si ocasionalmente pisas una, el pie se te hunde. Es lo más parecido a estar sobre caca extraterrestre que jamás experimenté.

Nobleza obliga... No lo pisen, que ese musgo por más que parezca una plaga, tarda décadas en formarse.

La primera parada fue el cañón Fjaðrárgljúfur. Uno de los pocos lugares donde no había un cartel que prohibiera volar un dron. Y ahí estaba yo, buscando mi revancha. Esta vez no sobre un fiordo, sino sobre un cañon. El tema es que estaba cual Maverick desenfundando mi DJI Mini, cuando al lado mio se pone una persona de rasgos orientales. Me mira, se sonrie y saca unos lentes que parecían de realidad virtual. Algo así como los que usaron Sandra Bullock y Silvestre Stallone en El Demoledor (segunda referencia a esa peli, si no la vieron, a esta altura deberían considerar verla). 

Me dio miedo, ya que no sabía que iba a hacer. Instante después, sacó su dron y lo comenzó a volar manejándolo con esa cosa.

Acá les paso lo que yo pude armar, pero seguro el video de ese chino, salió mejor...

Sobre la ruta ya comenzamos a ver desde lejos a Vatnajökull, el glaciar más grande de Europa. Y nuestra próxima parada fue justamente una de sus bocas, Svinafellsjokull.
De impactantes colores, da un paisaje alienígena. El azul fuerte del denso hielo que se comprimió por milenios y no dejó ni una burbuja de aire dentro, se suma a las pintadas negras de la ceniza volcánica. A la orilla llegan grandes bloques que te permiten jugar como un niño sobre ellos. Los peques también se divirtierton!

                                             

                           

La última visita del día fue el glaciar Jökulsárlón cuyo lago choca con el mar y sus hielos se desprenden y se largan a navegar. Esos desprendimiento del glaciar llegan a una la playa de arena negra volcánica que se encuentra a unos 300 metros dándole vida a la famosa Playa de Diamantes.

Ahora, a esta altura de la temporada, acá ya habrán pasado unos 50 argentinos, 200 europeos y 245 contingente de chinos. Todos antes que nosotros, por lo que de esos diamantes, no quedó mucho. Claramente llegamos tarde.

Para esta noche nuestro hospedaje era muy cozy. Unas cabañitas de madera diminutas que al entrar te da la sensación de estar ingresando a la aldea de los pitufos. Una al lado de otra, todas iguales, en una especie de colinita. Pero la similitud no era justamente por la cabeza de hongo, era porque literalmente tenían el tamaño de esas casa. C tuvo que agachar la cabeza para poder pasar por la puerta.

En una de esas pasamos la noche y fue una experiencia de acercamiento con la familia única.

PD: Para los que no les da verguenza andar por la vida pareciendo un virgo de última línea, pueden buscar un First-Person View drone que es lo que estaba usando el chino.

PD 2: Les dejo otro video sobre una parada en medio de la ruta.