by G
Hay varias maneras de darte cuenta que llegaste a Japón. Una es porque está lleno de japoneses. La otra es porque tu celular empieza a explotar de publicidad de animé, japonesas ofreciendo anda a saber qué, videojuegos y no sé qué otras cosas más escritas en japonés...
Con el JR Pass activo, decidimos empezar a sacarle jugo a este pase que salió un ojo de la cara.
A las 8 y monedas estábamos saliendo a nuestro destino. Tomamos dos JR (primero la línea Keihintohoku y luego Yokosuka). Después de 1:30 de viaje, llegamos a Kamakura, una ciudad costera al sur de Tokyo que tiene templos, santuarios y playas!
Fue muy fuerte el impacto al llegar a Kamakura. Pasar de la locura de gente, el asfalto, los edificios y las grandes pantallas de led, al silencio, la paz y el verde.
Bueno, esa paz duró hasta que llegamos al gran buda de bronce. Ahí nos topamos con la primer multitud que luego veríamos que se repetiría en cada punto turístico. (fotos 1, 2 y 3)
El segundo lugar, el templo de Hase-Dera. Un templo budista lleno de centenares de pequeños cabezas de enanos pelados.
Nota: no hace falta que coman como pordioseros al lado del estacionamiento. Subiendo pueden encontrarse con mesitas bajo la sombra. El hambre lleva a uno a hacer cosas desesperadas. Les dejo una lección de vida... bajo calentura o con el estómago vacío, no tomar decisiones relevantes. (fotos 4, 5 y 6)
El siguiente destino, Tsurugaoka Hachiman-gu,
(claro, no le podrían haber puesto el "templo de Pepe"?). El templo de Pepe, es un templo sintoista (veneran a los espíritus de la naturaleza). Esta en la altura y rodeado de verde. Hay wifi en medio del templo, no sé cuál de todos los espíritus proveyó, pero fue bienvenido.
Subiendo las escaleras para alcanzar el templo, con B en la mochila actuando como la faja para bajar de peso que te venden por Sprayette, bajo el rallo del sol, pensé... cómo deben estar chivadas abajo de ese quimono que las cubre de pies a cabeza. (fotos 7, 8, 9 y 10)
A la bajada del templo nos dimos cuenta que se nos había hecho tarde para ir hasta los bosques de bambu. No hicimos la tarea y no tuvimos en cuenta que el lugar cerraba a las 16.
Recomendación: si viajas con una mochila de 12kg que se mueve para todos lados, es probable que no llegues a hacer todo Kamakura caminando. Elegí bien los lugares donde ir o gastate unos morlacos y usa el tren.
Con varias cosas para planificar para nuestro próximo destino (mañana dejamos Tokyo), volvimos temprano.
Algunos pensamientos sobre Japón...
Contraposición evolutiva.
Por un lado trenes de alta velocidad, transporte público funcionando a la perfección, pulcritud perfecta en las calles, orden...
Por otro, cableado eléctrico por postre aéreo en lugar de estar tunelizado, 4 empleados públicos limpiando la esquina con una escoba de paja en lugar de tener una maquina barredora y tickets de tren físicos que si los perdés estas frito.
Taxis como en ningún otro lugar.
Este grupo de roedores no tiene pensado subirse a un taxi. De todas maneras no podemos dejar de apreciar su dinámica desde la distancia. Conductores con traje y guantes, asientos con fundas de puntilla y puertas traseras que se abren y cierran solas.
Hay varias maneras de darte cuenta que llegaste a Japón. Una es porque está lleno de japoneses. La otra es porque tu celular empieza a explotar de publicidad de animé, japonesas ofreciendo anda a saber qué, videojuegos y no sé qué otras cosas más escritas en japonés...
Con el JR Pass activo, decidimos empezar a sacarle jugo a este pase que salió un ojo de la cara.
A las 8 y monedas estábamos saliendo a nuestro destino. Tomamos dos JR (primero la línea Keihintohoku y luego Yokosuka). Después de 1:30 de viaje, llegamos a Kamakura, una ciudad costera al sur de Tokyo que tiene templos, santuarios y playas!
Fue muy fuerte el impacto al llegar a Kamakura. Pasar de la locura de gente, el asfalto, los edificios y las grandes pantallas de led, al silencio, la paz y el verde.
Bueno, esa paz duró hasta que llegamos al gran buda de bronce. Ahí nos topamos con la primer multitud que luego veríamos que se repetiría en cada punto turístico. (fotos 1, 2 y 3)
Nota: no hace falta que coman como pordioseros al lado del estacionamiento. Subiendo pueden encontrarse con mesitas bajo la sombra. El hambre lleva a uno a hacer cosas desesperadas. Les dejo una lección de vida... bajo calentura o con el estómago vacío, no tomar decisiones relevantes. (fotos 4, 5 y 6)
El siguiente destino, Tsurugaoka Hachiman-gu,
(claro, no le podrían haber puesto el "templo de Pepe"?). El templo de Pepe, es un templo sintoista (veneran a los espíritus de la naturaleza). Esta en la altura y rodeado de verde. Hay wifi en medio del templo, no sé cuál de todos los espíritus proveyó, pero fue bienvenido.
Subiendo las escaleras para alcanzar el templo, con B en la mochila actuando como la faja para bajar de peso que te venden por Sprayette, bajo el rallo del sol, pensé... cómo deben estar chivadas abajo de ese quimono que las cubre de pies a cabeza. (fotos 7, 8, 9 y 10)
Recomendación: si viajas con una mochila de 12kg que se mueve para todos lados, es probable que no llegues a hacer todo Kamakura caminando. Elegí bien los lugares donde ir o gastate unos morlacos y usa el tren.
Con varias cosas para planificar para nuestro próximo destino (mañana dejamos Tokyo), volvimos temprano.
Algunos pensamientos sobre Japón...
Contraposición evolutiva.
Por un lado trenes de alta velocidad, transporte público funcionando a la perfección, pulcritud perfecta en las calles, orden...
Por otro, cableado eléctrico por postre aéreo en lugar de estar tunelizado, 4 empleados públicos limpiando la esquina con una escoba de paja en lugar de tener una maquina barredora y tickets de tren físicos que si los perdés estas frito.
Taxis como en ningún otro lugar.
Este grupo de roedores no tiene pensado subirse a un taxi. De todas maneras no podemos dejar de apreciar su dinámica desde la distancia. Conductores con traje y guantes, asientos con fundas de puntilla y puertas traseras que se abren y cierran solas.
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