by G
Luego de una fabulosa dormilona y uno de los mejores baños salimos. Era tiempo de archivar mi remera verde, así que le dije adiós y estrené mi nueva remera naranja (?) de 3000 fabulosos florines (ver foto 1). No logramos sacar el estereotipo de las mujer húngara, pero el hombre esta mas que claro. Hay muchos grandotes, gordos y pelados. Vieron el típico patova de mafia? El famoso "oso"? Bueno, de esos hay un montón. También los hay en la versión no gorda. Después de dar un par de vueltas, a las 11 estábamos listos xa arrancar nuestro free walking tour.
Con nuestra guía aprendimos q el húngaro es el segundo idioma mas complicado de aprender y que tiene 44 letras. Entre los inventos que tienen estos pibes, están en cubo de rubik, el teléfono y bomba atómica.
Pasamos x la opera (ver foto 2), una versión simplificada de la de Viena. La entrada al edificio es cara (15e), pero si vas a ver una obra, al haber tanta variedad podes terminar pagando 2e, entrar y de paso ver una show.
Al lado de la opera hay una estatua de una esfinge con pechos turgentes. La historia cuenta q el poeta/compositor húngaro Franz Liszt un día amaneció después de una borrachera con palinka (el alcohol típico húngaro) abrazado con la esfinge, a quien luego llamaría como Aída en sus poemas. Dicen que se lo vió como se puede observar en la foto 3.
La segunda parada fue en la catedral de Steven, pero antes de seguir no podía dejar pasar la oportunidad xa comerme un heladito en forma de flor (ver foto 4)
Luego cruzamos a Buda por el puente de las cadenas, el primer puente que uniera las 2 ciudades (ver foto 5). A diferencia de Pest, que se encuentra en el llano, Buda es mas montañosa. Para andar hay q ir subiendo y bajando escaleras.
Nos cruzamos con una estatua ecuestre, que según lo que nos informara nuestra guía trae suerte a los estudiantes que fueran capaces de acariciar los prominentes testículos de la bestia. L me obligó a no en arriesgar nada y no dejar pasar la oportunidad (ver foto 6)
Subimos hasta el castillo y desde la parte superior sacamos un par de fotos (ver foto 7).
No entramos a la iglesia de San Matías porque estaba en restauración, pero al menos pudimos observarla desde afuera (ver foto 8). También sacamos algunas fotos desde el bastión de los pescadores (ver foto 9), una terraza de estilo neogótico y neorrománico.
Desde la altura observamos el parlamento y la basílica. Notar que las 2 están a la misma altura (96 metros) y que son las construcciones mas altas de la ciudad.
Luego de una extensa caminata x la rivera del lado de Buda, llegamos al mercado. En la planta baja del mercado se encuentran puestos de verduras, carnes, quesos, etc. En el primer piso hay puestitos para comer comida típica y locales da comprar baratijas. (ver foto 10)
Comimos una sopa gulash y un especie de canelón de pollo con paprika , el nombre del aji colorado local (ver foto 11). Volvimos caminando por la calle comercial y terminamos tirados tomando unas cervecitas en la plaza Erzsébet tér ó “el acuario” para los amigos, junto con cientos de jóvenes (ver foto 12)Ya con la noche encima, pasamos por la basílica y vimos el puente de las cadenas iluminado (ver fotos 13 y 14).
Luego de una fabulosa dormilona y uno de los mejores baños salimos. Era tiempo de archivar mi remera verde, así que le dije adiós y estrené mi nueva remera naranja (?) de 3000 fabulosos florines (ver foto 1). No logramos sacar el estereotipo de las mujer húngara, pero el hombre esta mas que claro. Hay muchos grandotes, gordos y pelados. Vieron el típico patova de mafia? El famoso "oso"? Bueno, de esos hay un montón. También los hay en la versión no gorda. Después de dar un par de vueltas, a las 11 estábamos listos xa arrancar nuestro free walking tour.
Con nuestra guía aprendimos q el húngaro es el segundo idioma mas complicado de aprender y que tiene 44 letras. Entre los inventos que tienen estos pibes, están en cubo de rubik, el teléfono y bomba atómica.
Pasamos x la opera (ver foto 2), una versión simplificada de la de Viena. La entrada al edificio es cara (15e), pero si vas a ver una obra, al haber tanta variedad podes terminar pagando 2e, entrar y de paso ver una show.
Al lado de la opera hay una estatua de una esfinge con pechos turgentes. La historia cuenta q el poeta/compositor húngaro Franz Liszt un día amaneció después de una borrachera con palinka (el alcohol típico húngaro) abrazado con la esfinge, a quien luego llamaría como Aída en sus poemas. Dicen que se lo vió como se puede observar en la foto 3.
La segunda parada fue en la catedral de Steven, pero antes de seguir no podía dejar pasar la oportunidad xa comerme un heladito en forma de flor (ver foto 4)
Luego cruzamos a Buda por el puente de las cadenas, el primer puente que uniera las 2 ciudades (ver foto 5). A diferencia de Pest, que se encuentra en el llano, Buda es mas montañosa. Para andar hay q ir subiendo y bajando escaleras.
Nos cruzamos con una estatua ecuestre, que según lo que nos informara nuestra guía trae suerte a los estudiantes que fueran capaces de acariciar los prominentes testículos de la bestia. L me obligó a no en arriesgar nada y no dejar pasar la oportunidad (ver foto 6)
Subimos hasta el castillo y desde la parte superior sacamos un par de fotos (ver foto 7).
No entramos a la iglesia de San Matías porque estaba en restauración, pero al menos pudimos observarla desde afuera (ver foto 8). También sacamos algunas fotos desde el bastión de los pescadores (ver foto 9), una terraza de estilo neogótico y neorrománico.
Desde la altura observamos el parlamento y la basílica. Notar que las 2 están a la misma altura (96 metros) y que son las construcciones mas altas de la ciudad.
Luego de una extensa caminata x la rivera del lado de Buda, llegamos al mercado. En la planta baja del mercado se encuentran puestos de verduras, carnes, quesos, etc. En el primer piso hay puestitos para comer comida típica y locales da comprar baratijas. (ver foto 10)
Comimos una sopa gulash y un especie de canelón de pollo con paprika , el nombre del aji colorado local (ver foto 11). Volvimos caminando por la calle comercial y terminamos tirados tomando unas cervecitas en la plaza Erzsébet tér ó “el acuario” para los amigos, junto con cientos de jóvenes (ver foto 12)Ya con la noche encima, pasamos por la basílica y vimos el puente de las cadenas iluminado (ver fotos 13 y 14).
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