Continuamos la vida en el all inclusive. Por momentos, para esta pareja con hormigas en el culo se está empezando a sentir como el día de la marmota.
Por la mañana desayuno liviano previo al buceo mientras una pareja al lado nuestro de más de 100kg cada uno llena su mesa de platos calientes altos en contenido grasos.
Nuestro centro de buceo se encuentra donde termina el hotel. Más allá de eso, hay un rancherio de locales que venden todo lo que el hotel no te puede ofrecer.
Estábamos en medio de nuestra rutina de preparación del equipamiento cuando escuchamos unos gritos. Seguido de eso un cuatriciclo y una 4x4 con policías y largas matracas irrumpieron el lugar. Corridas en el rancherio y un par de tiros.
Cara de asombro nuestra.
Nuestro instructor nos miró y nos dijo "Jamaica, no problem".
Luego nos enteramos de que Jamaica está políticamente dividida en 2 grupos (los naranjas y los azules). El gobierno, para ayudar a estos grupos a conseguir adeptos tuvo la fabulosa idea de darles armas. Estos grupos después se separaron del gobierno y se quedaron con las armas. Hoy se andan cagando a tiros por el territorio. Nada peligroso para un turista, pero un escenario más picante que el jerk chicken.
El buceo de la mañana no estuvo mal. Vimos varias serpientes marinas. Blancas, amarillas y negras.
Al mediodía regresamos con ganas de ver el partido que se estaba llevando a cabo en Santa Fe y con el estómago pensando en una deliciosa hamburguesa con papas fritas. Bucear sin casi desayunar también tiene su lado negativo.
Nada de todo eso fue posible. Al llegar a la sombrilla nos encontramos con la abuela con cara de pánico. Nos dijo "...B piso un erizo, está en la habitación, hay que llevarlo al hospital porque tiene 12 púas clavadas..."
Hubo que suspender la hamburguesa y el partido.
Sin mucho pensarlo, lo subimos a B a un taxi y rajamos entregados a la clínica más cercana.
El lugar consistía de una recepción y 10 camas con algunos insumos, 2 enfermeros cubanos y 1 médica local de guardia.
El ingreso al lugar no debería haber sido un problema. Viajamos con 3 seguros. Cuando llegamos al lugar, la recepcionista me preguntó qué seguro teníamos y le dije "cuál de estos 3 te gusta más?".
"Trabajamos con todos" me dijo...
Luego de 30 min al teléfono con la aseguradora y después de haber contestado todo el formulario de preguntas, nos dijeron que no trabajaban más con esa clínica. La de la clínica me insistía que sí. La aseguradora insistía que no.
Historia corta... 400usd y a B lo estaban atendiendo. Veremos cómo nos va con el reintegro de esto.
Una vez dentro, nos indicaron que baños con agua caliente y vinagre debían hacer el truco para desintegrar esas malditas puas. Obviamente el combo se acompañó por un antibiótico, paracetamol para el dolor y un antihistamínico.
Para las 18 estábamos de vuelta. Éramos L, B, yo y el dragón en nuestros estómagos. La cena de las 21 en el restaurante Griego parecía tan lejana que decidimos dejarla de lado. En su lugar fuimos al buffet.
La noche terminó en la fiesta de blanco en la playa y unos nuevos baños de agua calentita y vinagre.
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