viernes, 28 de julio de 2023

AM2023 - Día 23 - Naples - 28/07/2023

by G

La ruta al sur nos dirigiría a Naples, nuestro próximo destino.
Fueron 2 horas de viaje. En el camino los niños miraron una peli. Cuando terminó, jugamos al juego del silencio. El juego tiene una dinámica bastante sencilla. Se pone el cronómetro por un tiempo determinado y durante ese tiempo, el que habla pierde. La idea es comenzar con poco tiempo e ir incrementándose.
Algo similar a la fábula de la rana y la olla con agua a la que lentamente se le va aumentando la temperatura.
Imagino que a este punto ya entienden el propósito del juego...

Antes de llegar a la playa paramos en Five Guys. Un lugar clásico de hamburguesas donde fríen las papas con aceite de maní y te las entregan con granos de sal. Mucho colesterol y mucha sal. Hasta encontraron la manera de ponerle sal a un maní con cáscara! Claramente acá encuentran la manera de superarse día a día.

Con todas las arterias tapadas al mejor USA style, decidimos seguir rumbo.

Para hacer tiempo pasamos por un Ross. El problema de ingresar a un local de ropa con L es que sabes cuándo entras, pero no cuando salís. El "ya vamos" es algo que se puede extender horas. Y ahora parece tener una cómplice. C no se queda atrás...
Para colmo, luego de llenar el changuito, viene el proceso de deselección (ó seleccion^-1). Éste proceso consiste en ubicarse en la caja y básicamente sacar la mitad de las cosas del chango. Osea, quitar cosas "que habías agarrado por las dudas".

Ahora que lo pienso, mientras escribo, agradezco a este segundo proceso.

Por suerte B es de mi bando y también vota por irse a los 10 minutos.

Llegamos a Naples y entendimos a los que se referían con "luxury real estate". Imponentes casas, con salidas privadas al agua. Cada una con sus botes amarrados. Grandes parques y adornos florales. No quiero ni pensar lo que deben pagar de jardinería esta gente...

La playa, similar a lo que venimos viendo. Solo que no vimos mucha vida marina a la que fuimos hoy (Lowdermilk beach). Sí había muchas estrellas de mar pequeñas (muchas muchas) y algunos peces raros blancos con patas. Literalmente caminaban.

A eso de las 16, se pudrió todo con B y tuvimos que abandonar el lugar antes que algún dueño de una de esos fancy hogares llame a la policía ó al interpol.

Luego de una pasadita rápida por Walmart (al que L tildó de "el supermercado de los homeless), fuimos a la casa nueva.
Por las indicaciones previas, pensábamos que se trataba de un barrio privado. Imaginamos una de esos barrios con lujosas casas que vimos al costado de la ruta.

Llegamos al lugar y nos encontramos con camping para motorhome. En la parcela donde se ubicaría una motorhome, nuestro host habría armado una casita tamaño motorhome, pero sin ruedas ni motor. Osea que dejamos la casa de cartón a la que estábamos acostumbrados, pasamos a tener un cuartito de herramientas de plástico. Esas que te venden en el Easy.

Por suerte, por dentro de la casa nuestra opinión cambió. Patricia logró en este espacio reducido hacer una casita super funcional. De hecho, la más completa en la que estuvimos en estos 23 días.

Dicen que no hay que juzgar a un libro por la portada.







No hay comentarios:

Publicar un comentario