by G
No hay nada como el momento en que te pones a armar tu mochila.
Una mezcla de ansiedad, expectativa y nerviosismo.
Una nueva aventura está por comenzar y estás expectante pero con miedo al mismo tiempo de que algo pueda salir mal.
Después te relajas, sabes que siempre algo sale mal y que de alguna u otra manera lo terminas encaminando.
En el medio, vas al baño. Miras la mochila de reojo. Repasas tu lista mental...
Te preguntas si tenés todo. Pasaportes, tarjetas, camperas, remeras, calzones, los chicos... Regresas al baño y volves a repasar la lista.
La paranoia te persigue, pero tu bipolaridad luego te dice una vez más que todo va a salir bien.
La promo aérea de esta oportunidad constaba de una serie de vuelos, pero que iniciaban su recorrido en la ciudad de San Pablo. La combinación incluia Montreal, Reikiavik, Toronto, y una vuelta a Ezeiza. Una oportunidad de AirCanada que no pudimos dejar pasar.
Claro que para cerrar la vuelta tuvimos que sacar un vuelo de Gol a Gru. Un vuelo que encolamos, con una aventurera escala de tan solo 4 horas. Si, ya se... asumimos un riesgo, pero que mejor manera de arrancar las vacaciones que con la adrenalina al palo.
El simple hecho de pensar que cualquier eventualidad nos haría perder ese primer vuelo de AirCanada (y en consecuencia todos los demás), me hacía volver a mirar de reojo el baño cada tanto.
Nuestra aventura arranco a las 10 de la mañana..horario en qué dejamos nuestro hogar y pudimos llegar bien a tomar el vuelo de Gol de las 14hs. La suerte nos acompañó y el avión salió en horario. Si no fuera por los asientos en la última fila y aledaños al baño, todo hubiera sido perfecto.


Los asientos de atrás, venían acompañados del perfume de la "cocina" mezclado con unos tintes de desinfectante de hotel de 1/2 estrella al que por momentos se le sumaban los aromas del baño, cada vez que alguno abría la puerta.
Párrafo aparte para las crianzas, que por momentos dibujando y por otros mirando Harry Potter, casi ni se hicieron notar.
La escala estuvo bien. Nos refugiamos esas 4 horas en un salón con comida suficiente como para calmar el "tengo hambre" de C.
Para las 21hs nos estábamos subiendo al vuelo de AirCanada. Una grata sorpresa fue encontrarnos con un avión bastante moderno. Esos que tienen las ventanillas que se tonalizan eléctricamente y la ambientación de led que te marca el amanecer. Ni hablar del espacio entre asientos!!!. Eso explica por qué AirCanada ganó el premio a la mejor aerolínea de América del Norte.
Claro que despues la "comodidad del vuelo", termina siendo algo relativo a la vivencia de cada persona. En mí caso, a la hora de intentar dormir, mi comodidad se vio limitada a las ganas o no de mis hijos en ponerme sus piernas en la cara. B aún no se dio cuenta lo largo que está...
Historia corta, no pude pegar un ojo.
Siendo las 6 de la mañana llegamos a Canadá. Hola Montreal!