Nuestro día arrancó temprano... o mejor dicho, nunca terminó.
El panorama nocturno se dividía en dos frentes de batalla: en una habitación, la pequeña M se había transformado en la niña de El Exorcista, vomitando sin parar y desafiando las leyes de la física.
En la otra habitación estaba yo, ansioso, con la mirada clavada en una pantalla a 16.700 km de distancia: El Estadio Único de San Nicolás.
El evento: la final soñada a las 18 hs del 20/12 (hora argentina), o sea, las 4 AM de hoy en Tailandia. Y por si alguien pregunta: no, por más de estar adelantado un día en el futuro, no puedo saber el resultado antes. Ojalá pudiera, me hubiera ahorrado el sufrimiento.
Si bien el despertador estaba puesto para las 4, la ansiedad me tuvo despierto desde las 2. Después de un primer tiempo lleno de nervios —pero algo tranquilo porque dejamos de ser el colador de los últimos meses— me pasé el segundo tiempo hiperventilado. Estudiantes con mejores suplentes que titulares y el Calamar con puro huevo y garra. La segunda estrella parecía estar ahí, al alcance de la mano con el gol de Zapiola... pero el equipo no lo pudo aguantar. Las piernas no le dieron y, a 9 minutos del final, nos metieron dos pepas. No pudo ser.
Volviendo a nuestros relatos... Hoy dejamos la isla y la playa para meternos en el continente, directo al corazón de la selva en Khao Sok. Un Parque Nacional en la provincia de Surat Thani que alberga una de las selvas tropicales más antiguas del mundo (dicen que más vieja y diversa que la del Amazonas), famosa por sus enormes formaciones de piedra caliza (karsts) que emergen del agua y de la vegetación como dientes de gigantes.
Para las 7 AM ya estaba saliendo nuestro speedboat desde Koh Tao hasta el puerto de Surat Thani. Viajando a unos 80km/h, con el rugido de fondo de los motores, y el golpeteo de las olas llegamos al otro lado.
En Surat Thani se nos abrieron dos opciones para seguir nuestro trayecto:
- La opción del bus: Transfer a la estación de bus (50 THB) + Bus a Khao Sok (250 THB) + algo al hotel. Total base: 2400 THB para los 8 (más la incertidumbre del último tramo).
- La opción Grab (el Uber de aca): Un puerta a puerta que la app cotizaba en 1300 THB por auto. Conveniente, sí... si no tuvieras que enfrentarte a la mafia del transporte tailandés.
El Thai que llegó para llevarnos, celular en mano y traductor activado, arrancó con el "llanto digital". Sin hablar una palabra de ingles, se limitaba a mostrarnos la pantalla que decía que el trayecto era muy largo y que no nos podía llevar por el precio de la app. Su contraoferta? 2500 THB por auto.. una locura. Después de pelearnos un rato y amagar con irnos en bus (el viejo truco de agarrar las mochilas e irse indignado), terminó bajando a 1400 THB. Precio al que también le dijimos que no. El espadeo entre quien no quiere ser estafado y quien quiere exprimir al turista terminó esta vez de nuestro lado: terminaron aceptando la tarifa oficial de 1300 THB.
Por supuesto que, una vez ya arriba y en ruta, nuestro conductor volvió a la carga. Sacó su telefonito mientras manejaba para decirnos que "teníamos que ayudarlo con la nafta" y pidió 800 THB extras. Creo que mi cara le dijo todo cuando, lo mandé a freír churros en castellano antiguo. El resto del viaje fue en silencio...
Después de 1:40 hs de ruta, el paisaje se fue transformando en algo cada vez más salvaje y para eso de las 13 hs estábamos llegando a nuestra cabaña en el medio de Khao Sok. Nos esperó una calle principal con algunos locales de comida y, selva adentro, un complejo de cabañas que daban la sensación de estar entrando a una escena de Nam, Primer Pelotón. Humedad, ruidos de bichos desconocidos y verde por todos lados.
Almorzamos en The Village Food y luego aprovechamos para pasar la tarde chill en la pileta del complejo, organizando los próximos días.
Pero como en este viaje la paz es efímera, a la noche sufrimos una nueva baja en el equipo. B arrancó con migrañas acompañadas de vómitos, por lo que improvisamos una cena rápida para I y C y nos fuimos a dormir tempranito a nuestras camas encapsuladas en mosquiteros.
Mañana seguramente estemos realizando algún trekking por la selva, si sobrevivimos a la noche!
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