07/12/2025

AS2025 - Día 1 - GRU - 2025-12-07

By G

Habrán leído de mí en viajes anteriores escribiendo sobre las sensaciones que uno atraviesa cuando está por emprender una aventura nueva. Ese mix de adrenalina que te acelera las pulsaciones y mezcla nerviosismo, emoción, ansiedad y expectativa.
Lo incierto hace jueguitos en tu cabeza y, en esta oportunidad, ese sentimiento se multiplica. Después de todo, con 23 horas de viaje y 4 pibitos a bordo, cualquier cosa puede pasar. 
Es que esta vez somos 8 los que estaremos de aventura. A la familia se sumaron N y V con sus dos niñas, M e I.
Sí, sí... lo que piensan es real. No permitimos viajar con nosotros a nadie cuyo nombre arranque con las letras L, G, B o C, ya que eso complicaría bastante los relatos.
Para el avión, el psicólogo y el irresponsable del pediatra coincidieron en recomendarnos ir cargados con Benadryl, y un par de sogas por si lo primero no hace efecto. Esperemos no tener que recurrir a eso.

Pero esa es una historia de mañana. Hoy estaríamos viajando a Gru y pasando el día ahí para mañana si partir a China.
Nuestra aventura arrancó un domingo a las 10 de la mañana y unos 25 agradables grados nos despidieron de Buenos Aires. Para las 11:30 ya estábamos del "lado del bien" del aeropuerto; ese lado donde tu aventura comienza a materializarse una vez que atravesás la puerta de embarque.
La espera, llena de expectativas y con unas cervezas y hamburguesas en mano, se hace más llevadera. Más si del otro lado los niños se ponen a pintar en silencio. Un silencio como el de las películas de Stephen King. Esa pseudo tranquilidad que trae escondida una sorpresa. Vos sabés que esa calma en algún momento se acaba y solo es la antesala para un quilombo padre. Sabiendo eso, la cerveza se disfruta más. Hay que aprovechar el momento.

Por suerte, el avión que nos dejó en Guarulhos fue muy smooth.
Las más grandes viendo una peli; L mirando una serie y las más peques junto a N, que se la pasaron parloteando todo el viaje.
V roncando y yo con mis noise cancelling disfrutando del silencio.

Para las 16 horas, ya estábamos entrando a nuestro hospedaje. No le pusimos muchas pretensiones al hotel de GRU, ya que sería un lugar para pasar unas horas de la tarde y dormir hasta las 5 am.
Nuestro hospedaje resultó un poco rancio.
Uno de los deptos tenía un sofá con 3 patas. Y si bien 3 puntos definen un plano, para el caso de las 3 dimensiones que incluyen a 2 niños, eso es un problema.
La pileta del piso 22 era prometedora... Si no fuera por el ebrio que estaba tirado en un sillón en un rincón, o por lo turbia del agua, que daba la impresión de que en lugar de cloro habían usado piña colada, hubiera estado bien.
Si la suerte nos acompaña, los niños solo van a agarrarse otitis o una cadera del viajero prematura.

Por la noche cenamos en un bodegón con una pizza calabresa hecha con salchichas, una 4 quesos que te pateaba el pecho y fideos con "tuco" que se notaba habían estado preparados en una sartén donde previamente habían cocinado camarones vencidos.

Y así nos fuimos a dormir.

Mañana nos vamos a la china!!!!